|
En esta entrada vamos a aportar una posible solución al problema de continuidad que tiene el carril bici en Huelva. Aunque quizás sea un caso muy concreto, nos vale para ilustrar conceptualmente la necesidad de solucionar este tipo de inconvenientes en el recorrido del usuario de la bicicleta en el trazado urbano, por lo que puede considerarse extrapolable a cualquier otra localidad con problemas similares. Como ya vimos en su día en el artículo ¿Es realmente útil un carril bici?, existen varios factores en el diseño del trazado de esta vía que puede condicionar su éxito o su fracaso. En el caso de Huelva, es un transporte casi ideal debido a las dimensiones de la ciudad y en especial a un casco urbano muy concentrado y con la mayor parte de los servicios de Huelva. Para ello, desde el planeamiento se ha tenido muy en cuenta el acceso a este casco urbano desde que se llega a la ciudad por la autovía A-49, ya que se creó un gran boulevard que desemboca prácticamente allí. A esta gran avenida se la puede considerar la espina dorsal de la localidad onubense. Prueba de ello es, no solo la magnitud de sus espacios libres, sino la continuidad que existe para el tráfico rodado. En esta vía NO existen rotondas, sino que al contrario, encontramos las denominadas plazas circulares reguladas por semáforos. Pudiendo un vehículo, si obtiene una buena secuencia de semáforos, entrar en la ciudad y llegar al centro prácticamente sin parar. Es todo un ejemplo de continuidad e intención por parte de quien lo diseño. Existe una direccionalidad muy destacada, y otra secundaria (la que gira desde esta avenida a derecha o izquierda para ir llegando a los barrios que se encuentran entre la entrada a Huelva y el centro) Pues bien, esto NO ocurre con la bicicleta. La avenida cuenta con un carril bici, pero desde nuestro punto de vista, poco estudiado, ya que si circulas por él, si quieres atravesar esas plazas circulares, tendrás que echar pie a tierra entre dos y tres veces y esperar que el semáforo se te ponga en verde… y tenemos cinco de estas plazas circulares a lo largo del recorrido, por lo que la pérdida de tiempo es importante. ¿Cuál es el resultado? Muchos ciclistas optan por circular por el espacio reservados a los coches, desechando la idea de hacerlo por el carril bici, con el consiguiente peligro que ello conlleva. Como puedes ver en la secuencia previa, estan representados en rojo los coches que tienen el semáforo cerrado en su sentido (permitiendo al ciclista pasar), y en verde los que tienen abierto el semáforo. Si te fijas, existe en riesgo añadido en la última viñeta, ya que si el coche que se incorpora a la avenida, quiere girar a la derecha, se encuentra su semáforo en ambar, aunque esté abierto para el ciclista (que comparte paso con el peatón). Esto produce una situación peligrosa. La primera regla en la prevención de riesgos es evitar el riesgo. La solución pasa por modificar las uniones que se producen en estos puntos. Así pues, en lugar de cruzar los tres pasos de cebra, dos de ellos situados para cruzar la avenida (la que tiene el flujo principal y prioritario), lo lógico sería cruzar por las plazas circulares. De esta manera no se cruza nunca el flujo principal de coches que supone este gran boulevard a no ser que quieras abandonar esta vía… misma filosofía que para los coches, vamos. Otra ventaja sería que se descargaría el tráfico en bicicleta por los acerados destinados a peatones, ya que en algunos casos, la acera es muy estrecha para compatibilizar peatón y bicicleta. Actualmente, las plazas circulares cuentan con acerado casi todas, aunque no son accesibles a peatones al ser sólo reguladoras de tráfico, por lo que la inversión sería mínima (pintarlo del mismo color que el carril bici y disponer de unas balizas en la curva para que todas las bicicletas la tracen sin invadir la calzada). La regulación por semáforo también sería importante, pero en ningún caso modificaría el flujo motorizado. De esta manera, la avenida sería una vía de acceso directo al centro ahora también para las bicicletas, y aunque quedarían más aspectos que resolver, esto podría ser un buen comienzo. ¿Funcionaría? En el siguiente video podéis ver la secuencia. En él vereis como en el caso en el que se propone la mejora, se simulan dos casos: un ciclista que debe esperar su semáforo para pasar (el que va de izquierda a derecha) y otro que pasa sin poner el pie en tierra permitiendo una mayor fluidez del tráfico en bici (el que va de derecha a izquierda).
|